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Escenario Energético:

Lorenzo Reyes Mar

12 de Mayo de 2010



La fuerte explosión de una plataforma petrolera marina norteamericana ubicada en las costas frente a Luisiana, Estados Unidos, ha sido considerada por expertos como el accidente más mortíferos en plataformas de ese tipo en medio siglo, luego de que la estructura fue sacudida el pasado 20 de Abril por la noche.

Transocean, tiene su sede en Zug, Suiza es el mayor contratista mundial de Perforación costa afuera y fue contratada por la compañía British Petroleum titular del contrato de perforación, para realizar estos trabajos, gasta septiembre del año 2013, a razón de un alquiler de medio millón de dólares diario.

British Petroleum es una compañía de energía, dedicada principalmente al petróleo y al gas, y tiene su sede en Londres, Reino Unido. Es una de las mayores compañías del mundo (puesto octavo según la revista americana Forbes [1]) y la tercera empresa más importante dedicada al petróleo y gas después de ExxonMobil y Royal Dutch Shell y hoy en día es el resultado de la fusión de varias compañías del sector entre las que destacan Arco, Amoco,Castral y Aral.

Los negocios en los que está presente abarcan la exploración petrolífera y de gas natural, refino y comercialización de lubricantes y combustibles, gases licuados de petróleo, estaciones de servicio, etc

Asimismo BP tiene intereses en el campo de las energías renovables, principalmente a través de su filial de energía solar, que es líder en el sector solar fotovoltaico.
BP cuenta con más de 100.000 empleados repartidos por todo el mundo.

De momento, aún se desconoce si la plataforma tocó fondo, situado a unos 1.500 metros de profundidad. Tampoco se sabe por ahora qué cantidad de petróleo se ha vertido al mar. Las autoridades y la empresa han enviado navíos y aviones a la zona para intentar limpiar la mancha que se extiende ya sobre unos ocho kilómetros de largo y uno y medio de ancho y que podría convertirse en una marea negra “importante”.

Se estima que a bordo de la plataforma había 126 personas en el momento del estallido, según los responsables. Una docena de tripulantes de la plataforma de perforación están desaparecidos y al menos siete habían sufrido heridas críticas,
La plataforma semi-sumergible estaba perforando aproximadamente a unos 66 kilómetros de la costa de Louisiana en el bloque Mississippi Canyon Block 252.

La situación de emergencia fue declarada en todo el territorio de Luisiana y Alabama y en seis distritos costeros de Florida, estados cercanos al lugar de la catástrofe ecológica en el Golfo de México.

La mancha de crudo que derrama la plataforma petrolera Deepwater Horizon, alcanzó las costas de Luisiana y sigue avanzando a pesar de las medidas para contener su expansión.

“Para contener la mancha petrolera y evitar el avance, a veces se utilizan mallas que cuelgan por debajo del mar. Según la empresa BP, en el Golfo de México ya se han desplegado aproximadamente 25 kilómetros de redes y se planea instalar unos 90 kilómetros más. Luego el crudo acumulado entre las redes será succionado hacia los tanques de contención.

Con el propóeito de evitar el proceso de dispersión de los elementos tóxicos, las aeronaves sobrevuelan la zona del accidente rociando sustancias químicas, que hacen que el petróleo sea menos viscoso y no deteriore tanto las playas. BP ya ha utilizado una cantidad importante de dispersantes y planea incrementar su uso en los próximos días.

Para detener el flujo de manera permanente se perfora un pozo aliviadero. La operación es complicada y en el Golfo de México la situación se ve obstaculizada por la profundidad de la fuga en el pozo, que se encuentra a unos 1.525 metros bajo la superficie. Los analistas calculan que la excavación del pozo podría llevar, al menos, 2 meses.

Se sigue trabajando para instalar la protección de los auges marinos a lo largo de la costa. Cientos de miles de pies de boom se han desplegado y, hasta la fecha, 2.000 voluntarios han sido entrenados para asistir en los esfuerzos de respuesta.

En la cadena de la presión humana sobre los ecosistemas oceánicos, el desastre de la perforadora de aguas profundas “Deepwater Horizon” contribuye con un enorme impacto regional al acumulado global de contaminación química antrópica.

Es una verdadera catástrofe ecológica, peor que aquélla del buque-tanque Exxon Valdez en 1989 cuando chocó con el arrecife Bligh Reef sólo tres horas después de que había zarpado de la terminal petrolera Valdez, en Alaska, y derramó alrededor de 40 millones de litros de crudo.

En aquel caso, al menos, después del derrame se pudo empezar a limpiar lo que fuera posible. Pero ahora se trata de un derrame continuo, desde un pozo profundo, que no se sabe cómo y cuándo será posible detener o controlar completamente.

La lección se repita una vez más al tratarse de compañías gigantescas que asumen riesgos muy altos que sí suceden, como es el caso, implican altos costos para el medio ambiente, independientes de los costos sociales y económicos, que pueden ser mayores que los beneficios comerciales esperados.

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