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La crisis política del Medio Oriente

Por Lorenzo Reyes Mar
11 de Marzo de 2011



La crisis política del Medio Oriente, ha generado nuevos desafíos para la economía mundial.

De momento, es difícil prever la intensidad y duración de los efectos que, desde ya, se están experimentando en los distintos mercados, y es más difícil aún predecir si podrían producir cambios de carácter permanente.

Mucho depende de la duración y desenlace de la situación política en esa zona tan convulsa y en constante evolución.

Pero, en uno u otro caso, hay que estar prevenido ante lo que podría acontecer.

Los principales efectos a corto plazo se podrían resumir así: escalada en los precios del petróleo, aumentos en los costos de producción de bienes y servicios, transmisión eventual de los costos a los precios de otros bienes y servicios, especialmente transporte (espectro de la inflación), efectos en la volatilidad y pérdida de dinamismo en las cotizaciones registradas en las bolsas de valores, y eventuales consecuencias en la confianza y gasto de los consumidores.

En el peor de los escenarios que no necesariamente es el que finalmente se podría materializar, la reducción en el gasto podría afectar el crecimiento global y el empleo, y hacer tambalear la recuperación que se venía observando.

A largo plazo, los precios dependen de factores que afectan la oferta y demanda, incluyendo el crecimiento real de países emergentes, las regulaciones ambientales y desarrollos tecnológicos y, desde luego, acontecimientos políticos como los observados en el Medio Oriente.

El problema actual puede calificarse como un choque externo para los países importadores netos, pero en esta ocasión el alza no deriva del aumento de la demanda por la expansión del crecimiento en los países en desarrollo como China, sino por una contracción abrupta en la oferta, especialmente la proveniente de Libia que representa un porcentaje importante de la producción de la OPEP y posee amplias reservas.

El mercado también ha reaccionado a la incertidumbre que genera la inestabilidad política vivida en estos momentos.

Del mercado internacional llegan para México noticias encontradas, por un lado obtendrá más ingresos por sus exportaciones de petróleo, pero por otro ya ve encarecer sus importaciones hasta el punto de amenazar la situación alimentaria del país.

El presupuesto de 2011 aprobado en el Congreso de la Unión, se basa en un barril de petróleo a 65 dólares promedio, mientras el alza de los precios en el mercado internacional por las rebeliones sociales árabes, especialmente en Libia, hizo traspasar los 100 dólares el barril de la mezcla mexicana de exportación, durante la primera semana de marzo.

México, segundo productor latinoamericano detrás de Venezuela y delante de Brasil, podría tener este año un ingreso adicional de 11.000 millones de dólares sobre los 27.000 millones pautados en el presupuesto por las ventas del crudo.

Uno esperaría que estos excedentes fueran destinados a tener un impacto productivo, pero no se ha podido garantizar esto.

Además, los gobiernos federal y estadales no han mostrado voluntad de hacerlo, desde 2003, México incrementó paulatinamente sus "petrodólares", de 16.676 millones ese año hasta el récord de 43.234 millones en 2008, cuando estalló en Estados Unidos la crisis financiera mundial que hundió los ingresos por estas exportaciones a 25.693 millones un año después, para remontar a 35.918 millones en 2010, según el gubernamental Sistema de Información Energética.

Pero dos organismos del bicameral Congreso legislativo, el Centro de Estudios de Finanzas Públicas y la Auditoría Superior de la Federación , han criticado que esos recursos han abonado el gasto corriente del gobierno, en lugar de canalizarse hacia una mayor inversión social y de infraestructuras.

Legalmente, en México los ingresos petroleros extraordinarios se distribuyen entre diferentes fondos especiales, para los 32 estados en que está dividido el país y para las inversiones de Petróleos Mexicanos.

Cualquier variación en el costo del petróleo afecta a la meta inflacionaria, a los precios de los servicios y productos de toda la sociedad, porque no hay ningún producto que no requiera del movimiento y traslado de mercancías para lo cual se requieren transportes y por lo tanto energéticos.

El precio del barril del petróleo cuando crece, no es una noticia que debemos celebrar en el entorno de la economía mundial, porque somos un país importador de gasolinas.

Todos los miércoles a las 21 horas te invito a escucharme en el programa “Polémica Política” que conduce el periodista Alberto Álvarez en la estación radiofónica XEU 930 DE A.M.

Comentarios y Observaciones
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