Observador Ciudadano Tu pagina de inicio



El Islam

Lorenzo Reyes Mar
25 de Febrero de 2011




Escenario Energético Internacional El Islam no es solo un fenómeno histórico de gran importancia, es también una realidad actual, de significación y envergadura. Interviene e influye en la conformación de la realidad contemporánea, suscitando polémicas.

Los países árabes y las regiones islámicas están situados en una amplia zona geográfica ocupando el cinturón tropical que une Europa, Asia y África con el suroeste asiático y el extremo oriental mediterráneo, además de Indonesia o la propia península arábiga.

Esta intervención comenzó con la presencia de los árabes en Europa. A partir de la expansión territorial de los árabes, se verificó un proceso de aculturación en el que se destacaron los aportes de los musulmanes a Occidente.

El área geográfica que actualmente abarca el Islam se ha convertido, por influencia del petróleo entre otros elementos, en una de las zonas geopolíticas más importantes del mundo y, por ello de las más conflictivas.

El sistema político de los países islámicos tiene un aspecto formal de monarquía o república parlamentaria, pero en la mayoría de los casos el poder está bajo el control de los príncipes del petróleo, aliados a la clase política profesional.

Finalmente, la importancia del mundo árabe radica también en que su zona ha sido escenario de innumerables conflictos de diverso tipo: militares, económicos, políticos, religiosos.

En una primera oleada, que se alarga hasta los primeros años cincuenta, obtuvieron la independencia: Irak e Indonesia (1945), Jordania (1946), Palestina-Israel (1947) , Libia (1951), Egipto (1946) e Irán (1946).

Todos los Estados que componen el mundo islámico, gracias a las cuantiosas riquezas que encierran sus llanuras desérticas (petróleo, gas, fosfatos...), concitaron el interés y la codicia de las naciones coloniales, desde que se desarrollaron de modo favorable las condiciones técnicas de sus explotación.

No obstante la conmoción socioeconómica que supuso para los países islámicos la explotación de sus riquezas presenta importantes efectos negativos, y en general tampoco ha servido para impedir las graves bolsas de pobreza y desigualdad imperantes desde tiempos remotos.

La toma de conciencia de esta realidad llevó a estos Estados a formar la primera organización internacional de Productores de Petróleo (OPEP), que provocó la crisis de 1973, de repercusiones mundiales.

Uno de los ejemplos más dramáticos de estos enfrentamientos, surgido después de la Segunda Guerra Mundial, que engloba todos los aspectos: el religioso, el económico-territorial y el militar, fue el conflicto árabe-israelí, sin solución definitiva hasta el presente.

Hoy en día, el Medio Oriente sigue siendo la región más explosiva del mundo actual. Ninguno de los conflictos que han originado la inestabilidad del territorio han sido aún completamente solucionados: subsiste el dilema de los palestinos; Israel todavía ocupa parte del territorio árabe; las diferencias religiosas y étnicas se acrecientan.

Por otra parte son inmensos los intereses económicos de los grandes países desarrollados, que presionan e intervienen en la política interna y de la región , buscando interferir en la OPEP, que curiosamente está compuesta sólo por países del tercer mundo; es decir, países pobres.

Libia es un país de poco más de seis millones de habitantes, tiene la esperanza de vida más alta del continente (74 años) y su economía es comparable a la de Argentina o México.

El territorio pertenecía a Italia que perdió tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial.

Su enorme extensión y su escasa población hizo que la ONU decidiera otorgarle la independencia a finales de 1951, convirtiéndose en uno de los primeros en conseguirla en el continente africano.

Se constituyó en una monarquía encabezada por Idris I que se mantuvo en el poder hasta el golpe de Estado del Coronel Muammar al-Gaddafi en 1969.

El nuevo dirigente instauró un régimen claramente socialista al que denominó Yamahiriyya (Estado de las masas) y donde el pueblo ejercía la soberanía mediante su participación directa a través del Poder Popular.

Durante todo su mandato, las potencias occidentales han acusado al régimen de Gadafi de patrocinar o acoger diferentes tipos de terrorismo local e internacional.

El 97% de la población libia es de religión musulmana, de la rama suní. Su lengua oficial es el árabe aunque es muy común el uso del bereber y del italiano.

Muy rápidamente, el líder libio nacionalizó el petróleo, limitó la producción y creó la Compañía Nacional del Petróleo (NOC), que inició emprendimientos conjuntos con participación minoritaria de empresas extranjeras.

Después de veinte años de aislamiento, Libia vio llegar a todas las compañías petroleras occidentales ávidas de crudo y que se enfrentaron en licitaciones.

Libia exporta la mayor parte de su petróleo a los países de Europa, entre ellos Italia, Alemania, España y Francia.

Libia también quiere desarrollar su producción de gas natural, sector en el que tiene reservas estimadas en 1,540 billones de m3, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

En el mercado internacional del petróleo hay preocupación, por el alza en el precio del petróleo que ha ocasionado la parada de la producción en Libia.

Vistas así las cosas, una ruptura del tablero de juego sería perjudicial para Europa, que se encuentra muy bien situada en las exportaciones Libias (de ahí la tibieza del tratamieto inicial de la revolución libia), y podría suponer una escalada de posiciones para EEUU que recibe solo el 6% de sus exportaciones.

Si como resultado de las actuales revueltas, con Gadafi o sin él, hay reformas, y se incrementa la democracia y la equidad (lo que sería absolutamente deseable), cabe esperar una mejora en las condiciones de vida de los libios, y por lo tanto un aumento aún mayor del consumo interno de petróleo, y consecuentemente menos petróleo disponible para la exportación.

Los disturbios y manifestaciones después de las alzas de precios de alimentos de los últimos cinco años en el norte de África y el Oriente Medio, podría ser sólo una muestra de los problemas por venir y los países deberán compartir sus recursos naturales, y reducir el derroche de energía y el uso del agua.

Sin duda, la región más importante es la de Oriente Medio, que reúne las condiciones óptimas para la explotación de este hidrocarburo: abundancia de domos salinos que crean grandes bolsas de petróleo, una inmejorable ubicación geográfica y una orográfica que facilita la construcción de canalizaciones que permiten el transporte hasta los puertos de crudo, para ser distribuido desde allí.

Se puede concluir que la pobreza, la represión, décadas de injusticia y el desempleo de masas son las causas de las convulsiones políticas en el Medio Oriente y África del Norte estas últimas semanas, en Egipto, Túnez, Argelia y Yemen.

Comentarios y Observaciones


C. Electrónico: loremarpep@hotmail.com

Celular: 2291740483


Suscríbete a nuestro Sistema Informativo,

Envia un mail con la palabra SUSCRIPCION,

(Suscribete aquí)