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Refinería en Tula o importar crudo

Lorenzo Reyes Mar
25 de Agosto de 2010

Escenario Energético




El dilema de nuestro país es construir la nueva Refinería en Tula o importar crudo sobre todo de tipo ligero que sea adaptable a las necesidades de las plantas ya instaladas, lo cual requiere de un análisis concienzudo con visión de futuro, para tomar la mejor decisión tomando en cuenta la realidad socio-económica actual.

Juan José Suárez Coppel, Director General de Petróleos Mexicanos reconoció que la paraestatal analiza la posibilidad de realizar importaciones de petróleo crudo, que permita mejorar la rentabilidad del sistema de refinación nacional.
El directivo puntualizó que el tipo de crudo ligero o pesado, dependerá del precio que alcance en el mercado internacional en el momento de adquirirlo, "lo que estamos haciendo en estos momentos es el análisis para la optimización de las diferentes plantas de refinación".

Por cuestiones de logística, lo más viable es que el crudo importado ingrese al país, probablemente por Madero, o Salina Cruz.

Por su parte, Georgina Kessel Martínez, Secretaria de Energía puntualizó que esto no significa que México va a dejar de ser exportador neto de crudo. Seguirá siendo exportador neto de crudo con las cifras que tenemos actualmente.

El deterioro en la producción de crudo de Pemex llevó a una reducción de la producción de crudos ligeros, que son los de mayor valor comercial, la cual pasó de un promedio de un millón 237 mil barriles en 2000 a un millón 146 mil, en promedio, en los primeros siete meses de 2010, un retroceso de alrededor de 91 mil barriles diarios.

Debido a lo anterior, la discusión tiene que centrarse en el hecho de que el petróleo con que cuenta México se va a agotar en un plazo relativamente corto, aún si se explotan todas las reservas potenciales.

Existen diez años de reservas probadas y diez años de reservas posibles.
La diferencia entre este tipo de reservas, es el factor de recuperación del hidrocarburo, con una optimización en los yacimientos, bajar la declinación, aumentar la recuperación de tecnología, esto va a permitir moverse de ese diez a ese treinta sin necesidad de exploración.

En reservas probadas, se han restituido en los últimos dos años arriba del 70 por ciento, en reservas 3P, probadas, probables y posibles.

Por otra parte, el negocio de la refinación es muy poco rentable, existiendo mucha capacidad de refinación ya instalada y no utilizada en el mundo; por lo que sería mucho más factible mandar nuestro petróleo a refinar a esas plantas o, incluso, comprar algunas de esas plantas para aprovechar los precios relativamente bajos de activos subutilizados.

El análisis de esta problemática en que se encuentra inmersa la industria petrolera nacional, se resume en los siguientes planteamientos:

a) hay elementos que llevan a sostener la necesidad de atender el tema de refinación, sin que esto signifique adoptar una posición cerrada a modalidades de inversión privada, nacional o extranjera, siempre y cuando esto ocurra tras una adecuada regulación;
b) los crudos pesados están creciendo como proporción de la producción mexicana, actualmente se producen 2 millones 579 mil barriles diarios, a diferencia del año pasado donde se produjeron dos millones 600 mil barriles por día.

c) las refinerías para crudos pesados son más rentables que aquellas para crudos ligeros, pueden procesar crudo pesado, pero los rendimientos son diferentes, producen mucho combustóleo, que es de valor relativamente más bajo que el diesel o gasolina, y se está importando gasolina.

d) la ingeniería mexicana se beneficiaría de proyectos de esta naturaleza;

e) Arabia Saudita está invirtiendo masivamente en refinación para crear empleos y una derrama en su país y Venezuela lo está haciendo en China para crear un nuevo mercado;

f) la industria petroquímica y de refinación en manos privadas si es rentable; y se debe encontrar una manera en la cual PEMEX pueda planear a mediano y a largo plazo las capacidades tecnológicas que necesita, la capacidad en gente y la capacidad necesaria en inversión.

g) también puede ser un mito eso de que la producción de crudo “permitiría financiar la construcción de un futuro viable”.

El petróleo mexicano es, en términos relativos, limitado, la pregunta importante es cómo emplear esos recursos de la manera más eficaz para propiciar el desarrollo del país: invirtiéndolo en una industria marginalmente rentable y con un futuro dudoso o emplearlo para acelerar la construcción de una nueva base para el desarrollo del país: la de la creatividad humana para la era de la economía del conocimiento.

Una forma de avanzar el desarrollo es subsidiando a unos cuantos productores, confiando en que su esfuerzo se traduzca en beneficios para la colectividad.
La otra forma, que parece mucho más lógica y apropiada para nuestro país, es hacer una justa distribución del ingreso, apostando al desarrollo del mexicano común y corriente a través de la educación, la salud, la vivienda y el empleo, en un entorno de seguridad para todos. Es cuestión de prioridades.

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